La crucial reunión entre los líderes opositores venezolanos comenzó cerca de las 5:30 de la tarde del viernes 19 de abril en la sede del partido Encuentro Ciudadano, ubicado en la torre Mené Grande al este de Caracas. La urgencia radicaba en elegir un candidato unitario antes de que venciera el plazo de sustituciones establecido por el Consejo Nacional Electoral (CNE) el sábado 20 de abril.
Los nombres en juego eran tres: Manuel Rosales, Enrique Márquez y Edmundo González Urrutia. Por la entrada de la Torre desfilaron prominentes figuras como María Corina Machado, Andrés Velásquez y Delsa Solórzano, entre otros. Sin embargo, dentro de la sede de Encuentro Ciudadano se encontraban más personas, como Biagio Plieri (Convergencia) y María Beatriz Martínez (Primero Justicia), indicando que la reunión era de suma importancia.
Mientras se discutía el futuro político del país en la reunión, afuera los periodistas aguardaban pacientemente. La fecha, 19 de abril, no pasaba desapercibida, ya que, de manera simbólica, recordaba el inicio de la lucha independentista de Venezuela en 1810. De igual modo, marcaba un hito en la lucha actual de la oposición venezolana contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Difícil camino para elegir al candidato unitario de la oposición venezolana
Para los no iniciados, la inhabilitación de María Corina Machado abrió un nuevo panorama en la oposición venezolana. Una de las alternativas fue que Machado designara a un candidato de su confianza, pero las circunstancias legales complicaron la situación y su entorno cercano enfrentó procesos judiciales.
Tras días de negociaciones, surgió la figura de Corina Yoris, una académica sin experiencia política, respaldada por los partidos de la Plataforma Unitaria. Sin embargo, el intento de inscribirla como candidata fue frustrado por el CNE, sin explicaciones públicas, pero con rumores de presiones del gobierno venezolano.
En el último momento, Manuel Rosales y Enrique Márquez lograron inscribirse como candidatos, mientras que la Mesa de la Unidad Democrática presentó a Edmundo González Urrutia como un “candidato tapa” para resguardar una posible candidatura. Las semanas siguientes implicaron intensas negociaciones entre los involucrados.